Por otra parte, se propone convertir las alquerías existentes en la parcela, en la zona más cercana a la ronda norte, en un centro cívico del barrio, entregándolas a las asociaciones de vecinos como sedes, salas de reuniones, conferencias, exposiciones, incluyendo la gerencia de los huertos y de los talleres tradicionales.
El mercado propiamente dicho se sitúa en el punto de encuentro de la trama antigua del barrio (carrer Alegret, de la Rambla) con la trama del ensanche (carrer Mistral, Arquitecte Arnau) cerrando la actuación por el norte la prolongación de la Avenida de Valladolid.
En este punto privilegiado entre los huertos y el barrio se convierte en un núcleo de intercambios, de comercio, aprovechando al mismo tiempo la cercanía del colegio público municipal de Benimaclet que le asegura afluencia de gente a diario.
Se ha intentado realizar un trabajo integrador, desde la concepción del barrio, los vecinos y su relación con la ciudad y la huerta periférica, la relación del urbanismo y la historia de Benimaclet con sus características concretas dentro de la ciudad, las circulaciones y recorridos entre los distintos núcleos educativos, culturales y sociales del ámbito y, por último, desarrollar una edificación responsable, honesta y que responde a las necesidades reales del barrio, creando un punto de inflexión en el mismo.